Me sentí en recompensa conmigo misma, nada de lo que había hecho antes había servido para mis propios objetivos, hasta que aprendí a aprender, y sigo aprendiendo, con cada gesto, con cada detalle, cada momento que pasa a través del iris de mis ojos, esa sensación, que tanto tiempo había estado oculta y que había dejado olvidada salió a la luz y no sabía como interpretarla.
Observaba con gran detalle y minuciosidad, sacaba mis propias conclusiones y me sumergía en un mar de pensamientos. Cuestionaba cualquier cosa, y si... ? intentaba cambiar el proceso de la situación, imaginaba que hubiera podido ser y no era, sin esperar ningún cambio, nada que me hubiera sentido en gratitud conmigo misma.
Me abrumaba el no sentir conformidad con la realidad a pesar de que sabía que en un mundo cuya ésta no existía me hacía sentir mejor.
A pesar de ello, no me quedó remedio, tuve que aceptar, y empecé a vivir aceptando, e incluso callando todo lo que pudiera y hubiera querido decir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario